El Día Internacional del Trabajador celebrado cada 1° de mayo, tradicionalmente se ha aprovechado para promover y reclamar diferentes reivindicaciones sociales y laborales en favor de la clase trabajadora, por parte de los movimientos obreristas con conciencia de clase.
Su origen data de finales del siglo XIX, cuando en la Revolución Industrial especialmente en los Estados Unidos, comenzaron hacerse habituales los abusos por parte de patronos que sometían a las trabajadoras y trabajadores a condiciones indignas muy cercanas a lo infrahumano, ya que, dada la novedad de las tecnologías manufactureras y alto auge de la demanda, no estaban normadas las condiciones en que se desarrollaban los procesos de producción masiva.
El 1° de Mayo fue señalado internacionalmente como Día del Trabajador, en homenaje a los huelguistas estadounidenses conocidos posteriormente como “Mártires de Chicago”, quienes paralizaron miles de fábricas durante las protestas de 1886 en varias ciudades del país, las cuales exigían que se adaptara la jornada laboral a 8 horas diarias.
Isaías Medina Angarita, Presidente de Venezuela entre 1941 y 1945, decretó la conmemoración del Día del Trabajador, en reconocimiento a la lucha por la justicia y la dignidad de los trabajadores.
Cuando decretar no basta
La lucha por reivindicaciones y aspiraciones de los trabajadores en el mundo y en Venezuela, ha continuado durante décadas, teniendo los movimientos obreros y sindicatos, que enfrentar situaciones muy graves de persecución patronal, que en su momento contaba con todo el poder del monopolio de la fuerza legítima del Estado liberal burgués, degenerando muchas veces en cárcel y asesinato de líderes y lideresas.
Durante los 14 años de gobierno del Presidente Hugo Chávez, uno de los objetivos principales fue el reconocimiento de los derechos laborales y el entendimiento de que el trabajo nos dignifica y hace libres.
Por orden del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, entre 1999 y 2013, fue promulgada la Ley Orgánica del Trabajo, para Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT), publicada en Gaceta Oficial N°6.076 del 7 de mayo de 2012, que cuenta con 554 artículos y 7 Disposiciones Transitorias.
Herencia Revolucionaria
Esta ley, redujo la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales diurnas, y obliga al patrono al pago doble de prestaciones en caso de despido injustificado, así mismo planteó la obligatoriedad de otorgar a las madres trabajadoras un permiso especial diario para lactar, inamovilidad laboral por dos años después del parto y un reposo de cuido que por 15 días hábiles, se otorga a los padres varones, cuando nazca alguno de sus hijos, entre otros tantos beneficios.
Nicolás Maduro manifestó el 1 de mayo de 2013 “quiero firmar el Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, para que se garantice la estabilidad laboral de todos a través de este reglamento, donde se pueda normalizar la entrada en vigencia de todas las protecciones de manera especial y la reducción de la jornada de trabajo para la clase obrera”.
La lucha sigue
Está probado que tener derechos no basta. El derecho solo sirve cuando se ejerce plenamente; por ello, la progresividad que requieren los avances de las garantías, ha sido reconocida por los gobiernos de muchos países, pero en pocos asumida con la fuerza del Gobierno Bolivariano.
Este énfasis de protección de la clase que motoriza las fuerzas productivas del país, da cuenta de que estas bondades nacidas de las entrañas del socialismo, el comunismo y la anarquía como movimientos políticos, solo pueden darse cuando quien administra y garantiza, comprende la importancia de estos principios para el desarrollo pleno del ser humano. Es decir, es un asunto de humanidad manifiesta y comprobada, propio de las inteligencias superiores.
Por: María Parra y Wilman Verdú
Fuentes consultadas:
–https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_los_Trabajadores
